La salud de nuestros hijos es la prioridad de todo padre o madre, y parte de nuestra labor es estar informados sobre las enfermedades que pueden afectarlos. En esta ocasión, hablaremos sobre una de estas, es la enfermedad de Kawasaki, una rara, pero compleja afección que requiere de atención temprana para prevenir complicaciones graves, como problemas cardíacos. Se estima que es la principal causa de enfermedad cardíaca adquirida en la infancia.
¿Qué es la Enfermedad de Kawasaki?
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica, es decir, una inflamación de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo. Afecta principalmente a los niños menores de 5 años, y su impacto más grave ocurre cuando las arterias coronarias, encargadas de llevar sangre al corazón, se ven involucradas. Cuando el diagnóstico y tratamiento se retrasan más allá del décimo día de inicio de los síntomas, puede haber un mayor riesgo de complicaciones, como cardiopatías adquiridas.
¿Cómo reconocer los síntomas?
Esto es fundamental para buscar atención médica a tiempo. Aunque no existe una sola prueba que la diagnostique, los médicos se basan en un conjunto de signos y síntomas característicos, los cuales incluyen:
- Fiebre alta persistente (generalmente por más de 5 días).
- Erupción en la piel, especialmente en el tronco y las extremidades.
- Enrojecimiento en los ojos (conjuntivitis sin secreción).
- Hinchazón y enrojecimiento de las manos y pies.
- Labios secos y agrietados, enrojecimiento en lengua y garganta.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
Aunque estos síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades virales o infecciosas, la persistencia de la fiebre y otros signos específicos son los que deben alertar a los padres para consultar a un especialista.
Complicaciones en caso de no detectar a tiempo la enfermedad
Si no se detecta a tiempo, la enfermedad de Kawasaki puede causar complicaciones serias, especialmente en el corazón. En los niños no tratados, entre el 15% y el 25% presentan problemas cardíacos, mientras que en aquellos que reciben tratamiento, la incidencia disminuye al 2-4%. La complicación más común es la formación de aneurismas en las arterias coronarias, aunque también pueden presentarse disminución de la capacidad de contracción del corazón, arritmias, pancarditis, derrame pericárdico e isquemia miocárdica. Los aneurismas generalmente se desarrollan entre 1 y 3 semanas después de que comienza la fiebre, lo que resalta la importancia de un diagnóstico y tratamiento oportuno. En cuanto a la función del corazón, la disminución de la contractilidad suele ocurrir durante la fase aguda, pero rara vez progresa a insuficiencia cardíaca, y la función se restablece tras el tratamiento. Aunque el infarto de miocardio es más común en la fase aguda, también puede ocurrir años más tarde, particularmente en pacientes con aneurismas grandes.
La enfermedad de Kawasaki es poco frecuente, pero es fundamental que los padres conozcan los signos y síntomas para actuar rápidamente. En la mayoría de los casos, la enfermedad remite por sí sola sin dejar secuelas. Incluso en aquellos casos en los que se presentan aneurismas en las arterias coronarias, el 50% de los niños experimentan una mejoría en los primeros 2 años y un 80% en los siguientes 5 años. Aunque el riesgo a largo plazo aún no se conoce completamente, se recomienda realizar un seguimiento continuo a lo largo de la vida del paciente para garantizar su salud y bienestar.
Fuente: Dr. Carlos Alberto Alomía, Cardiólogo Pediatra del HVQ.








