La ambliopía, comúnmente conocida como ojo vago, es una condición que afecta la agudeza visual, ya sea de forma unilateral o bilateral. Se define como la reducción de la agudeza visual que no se puede atribuir únicamente a anomalías estructurales del ojo o de la vía visual posterior. Esta condición puede tener un impacto significativo en el desarrollo neurosensorial de los niños, afectando su capacidad para interactuar en la sociedad y marcando el rumbo de su vida futura. Por eso, la detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales.
Según datos de la población general, la ambliopía tiene una prevalencia cercana al 2%, con reportes que varían entre el 2% y el 4% en diferentes países. En Colombia, un estudio realizado en 2000 en Bogotá reveló una prevalencia de ambliopía del 2.68% en niños de entre tres y ocho años que asistieron a una unidad pediátrica de referencia. Esta frecuencia resalta la necesidad de contar con programas de detección y seguimiento desde el nacimiento, durante el período de plasticidad del sistema visual.
La ambliopía puede ser evitada o revertida si se detecta a tiempo. A menor edad de inicio del tratamiento, mejores son los resultados funcionales. El período crítico para el desarrollo visual abarca hasta los cuatro meses de edad, lo que resalta la urgencia de buscar un diagnóstico y manejo temprano. Si se pospone el tratamiento, el pronóstico puede empeorar con el tiempo, lo que puede llevar a consecuencias más graves, incluyendo un mayor riesgo de ceguera.
El servicio de oftalmología pediátrica es fundamental en la detección y tratamiento de la ambliopía. A través de exámenes visuales exhaustivos, los oftalmólogos pueden identificar signos tempranos de esta condición, permitiendo una intervención oportuna. Una vez diagnosticada, se elabora un plan de tratamiento personalizado que puede incluir gafas correctivas, parches o terapias visuales para estimular el ojo afectado. Además, los especialistas brindan apoyo a los padres, asegurando que comprendan la importancia de seguir el tratamiento y realizar revisiones regulares. Así, el servicio de oftalmología pediátrica no solo busca mejorar la agudeza visual, sino también fomentar el bienestar y la inclusión social de los niños.
Revisado: Dra. Pamela Rodriguez especialista en Oftalmología del HVQ.



