El proceso del parto puede variar considerablemente de una mujer a otra, y en algunos casos, pueden surgir necesidades de intervención médica para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé. Existen dos intervenciones médicas comunes durante el parto: la inducción del trabajo parto y la episiotomía; en esta ocasión compartimos los riesgos y beneficios de cada una de ellas.
- 1. Inducción del trabajo de parto:
Este es un procedimiento médico que se realiza para estimular o iniciar las contracciones uterinas de manera artificial cuando el parto no comienza de forma natural. Esta intervención puede ser necesaria cuando el embarazo llega a su edad gestacional límite sin inicio de actividad uterina o cuando, existen problemas de salud materna o del feto; también en complicaciones del embarazo como la preeclampsia o la diabetes gestacional, ruptura prematura de membranas sin inicio de contracciones, restricción del crecimiento fetal, o deterioro de la salud materna donde sea necesario que el parto se dé lo más pronto posible. En estos casos, la inducción del trabajo parto puede ser recomendada por el equipo médico siendo esta de manera controlada para así evitar posibles complicaciones tanto para la madre como para el bebé. Teniendo en cuenta que, a mayor edad gestacional, mejores serán los resultados para el bebé.
Riesgos y beneficios de la inducción del parto:
Algunos de los riesgos asociados con la inducción del trabajo de parto incluyen mayor probabilidad de:
- Parto instrumental con el empleo de fórceps o vacuum.
- Necesitar analgesia de parto.
- Cesárea.
- Posibles complicaciones para el bebé, como la dificultad para adaptarse a la respiración fuera del útero.
Sin embargo, entre los beneficios de este proceso están:
- Reducción de las complicaciones relacionadas con un embarazo prolongado.
- Control de condiciones médicas maternas como la diabetes gestacional o la hipertensión.
- Posibilidad de un parto planificado en un entorno controlado.
- 2. Episiotomía:
La episiotomía es un procedimiento quirúrgico en el que se realiza una incisión en el periné, (localizado entre la vagina y el ano), durante el parto con el fin de ampliar el canal de parto y facilitar el nacimiento del bebé. Anteriormente, era una práctica común, pero en la actualidad su uso se ha reducido y se reserva para situaciones específicas. Por ejemplo, cuando el trabajo de parto está afectando el estado fetal (que se manifiesta con alteración de la frecuencia cardíaca) o cuando los pujos no son suficientemente efectivos como para que salga el bebé.
La decisión para realizar este proceso se basa en una evaluación cuidadosa de la situación por parte del equipo médico, considerando factores como el progreso del parto, la posición del bebé, y la salud de la madre.
Riesgos y Beneficios de la Episiotomía:
Entre los riesgos asociados con la episiotomía están:
- Dolor postparto.
- Mayor riesgo de infección.
- Mayor tiempo de recuperación.
- Posibles complicaciones a largo plazo, como disfunción del suelo pélvico y dolor durante las relaciones sexuales.
Pero la episiotomía también tiene beneficios como:
- Reducción del riesgo de desgarros graves durante el parto.
- Recuperación más rápida en comparación con los desgarros espontáneos.
- Prevención de daños en el perineo que podrían requerir reparación quirúrgica posteriormente.
Es importante tener en cuenta que tanto la inducción del parto como la episiotomía conllevan riesgos y beneficios, y su uso debe basarse en la evaluación individual de cada paciente. Antes de optar por cualquiera de estas intervenciones, es fundamental discutir exhaustivamente las opciones disponibles, los riesgos y beneficios asociados, y tomar una decisión informada que garantice la seguridad y el bienestar tanto de la madre como del bebé durante el parto.
Fuente: Dr. Pablo Dávila, Ginecólogo-Obstetra del HVQ.