El virus de la inmunodeficiencia humana es un retrovirus que al alcanzar su fase final provoca el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
En el Ecuador, el Ministerio de Salud Pública en 2017 reportó 49.541 casos acumulados (desde 1984 hasta 2016) de VIH/SIDA. La infección por VIH suele ser adquirida a través de relaciones sexuales, exposición a la sangre infectada o transmisión materno-infantil (perinatal o por leche materna). Sin medicamentos pueden pasar años hasta que el VIH debilite el sistema inmunitario al punto de evolucionar hasta el SIDA.
SÍNTOMAS
Varían según la etapa de la infección.
Infección primaria (HIV agudo): Los síntomas de los posibles síntomas y signos son: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, erupción, dolor de garganta y llagas dolorosas en la boca, ganglios inflamados principalmente en el cuello, diarrea, pérdida de peso, tos o sudores nocturnos. Estos síntomas pueden ser tan leves que es posible que ni siquiera se los note. Sin embargo, la cantidad de virus en el torrente sanguíneo (carga viral) es bastante alta en este momento. Como resultado, la infección se propaga más fácilmente durante la infección primaria que durante la siguiente etapa.
Infección clínica latente (VIH crónico): En esta etapa de la infección, el HIV sigue presente en el cuerpo y en los glóbulos blancos. Sin embargo, es posible que muchas personas no tengan ningún síntoma o infección durante este tiempo. Esta etapa puede durar muchos años si no se recibe terapia antirretroviral.
Infección por HIV sintomática: A medida que el virus continúa multiplicándose y destruyendo las células inmunológicas, los signos o síntomas crónicos son: fiebre, fatiga, ganglios inflamados (a menudo uno de los primeros signos de la infección por el VIH), diarrea, pérdida de peso, infección por hongos vaginal u oral, herpes, o neumonía.
DIAGNÓSTICO
El VIH puede ser diagnosticado a través de pruebas de sangre o saliva.
Pruebas de antígenos y anticuerpos: Estas pruebas suelen implicar la extracción de sangre de una vena. Los antígenos son sustancias del propio virus del VIH y suelen ser detectables en sangre o dar positivo en la sangre a las pocas semanas de la exposición al VIH. Los anticuerpos son producidos por el sistema inmunitario cuando se expone al VIH. Los anticuerpos pueden tardar semanas o meses en ser detectables. La combinación de antígenos y anticuerpos pueden tardar de dos a seis semanas después de la exposición para dar positivo.
Análisis de anticuerpo: Pruebas de ácido nucleico.
Es necesario hablar con el médico sobre cuál prueba de VIH es adecuada para el paciente. En caso de diagnóstico de VIH, es importante encontrar un especialista capacitado en el diagnóstico y tratamiento VIH para:
• Determinar si se necesitan pruebas adicionales
• Determinar qué terapia antirretroviral VIH será mejor para el paciente
• Controlar el progreso y trabajar con el paciente para manejar su salud
PRUEBAS PARA EL DIAGNÓSTICO DE COMPLICACIONES
También se podrán ordenar análisis de laboratorio para detectar otras infecciones o complicaciones, entre ellas:
Tuberculosis, infección por el virus de la hepatitis B o C, infecciones de transmisión sexual, daño en el hígado o en los riñones, infección de vías urinarias, cáncer anal y del cuello uterino, citomegalovirus, toxoplasmosis.
TRATAMIENTO
Actualmente, no hay cura para el VIH/SIDA. Una vez que se tiene la infección, el cuerpo no puede deshacerse de ella. Sin embargo, hay muchos medicamentos que pueden controlar el VIH para evitar complicaciones. Estos medicamentos se denominan de terapia antirretroviral.


