El embrión en la semana nueve de embarazo sigue desarrollándose, cambiando y creciendo. Ya tiene el tamaño de una uva, unos dos centímetros y medio. Muy chiquitín todavía para que lo notemos, pero para él, el crecimiento es vertiginoso.
El embrión ya puede moverse, aunque lo haga de forma involuntaria. El desarrollo de su sistema nervioso aumenta y a veces, como os contaba, el embrión no está ya quiero, sino que se puede detectar que tiembla. Su cerebro no controla estos movimientos, sino que son espasmos que indican que va formando conexiones correctamente.
Claro que es una época, también, en la que muchas mujeres sufren algunos inconvenientes y molestias: mareos, cansancio, mucho sueño y vómitos. Hay que escuchar a nuestro cuerpo y no dudar en tomarse los descansos que nos pide.
Desde ya hay que ser conscientes de que, aunque el embarazo normal no es una enfermedad, si merecemos descansar y cuidarnos. La salud de la madre debe ser una prioridad y la base es una nutrición correcta. Hay que comer sano y equilibrado.
 
							
 
							
 
							


