La hepatitis es una inflamación del hígado que puede tener diversas causas, siendo las infecciones virales las más comunes. Lo preocupante es que, en muchos casos, esta enfermedad avanza sin mostrar síntomas claros, y puede detectarse solo cuando el daño ya está avanzado. Por eso, en este blog te explicamos cómo reconocer sus señales, las diferencias entre sus formas aguda y crónica, y cómo prevenirla mediante la vacunación.
Síntomas comunes y silenciosos de la hepatitis
Uno de los mayores desafíos con la hepatitis es que muchas personas pueden tenerla sin saberlo. Esto es especialmente cierto en los casos de hepatitis B y C, donde los síntomas pueden tardar años en aparecer.
Cuando hay síntomas, los más frecuentes son:
- Cansancio extremo.
- Náuseas o vómitos.
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
- Color amarillento en la piel y los ojos (ictericia).
- Orina oscura y heces de color claro.
- Fiebre leve.
- Pérdida del apetito.
La ausencia de síntomas no significa que no haya un problema. Por eso, si perteneces a un grupo de riesgo o tienes dudas, lo mejor es realizarte un análisis de sangre para descartar esta enfermedad.
Factores de riesgo:
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Hepatitis viral A:
consumo de comida contaminada, falta de agua potable, viaje a zonas endémicas, contacto directo con una persona infectada.
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Hepatitis viral B:
contacto sexual con personas infectadas.
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Hepatitis viral B y C:
contacto con sangre o fluidos corporales contaminados (trabajadores de salud, enfermos renales en hemodiálisis), transfusiones de sangre. En caso de personas con consumo problemático de sustancias y que comparten inyecciones.
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Otras hepatitis:
consumo de alcohol y drogas, medicamentos de uso crónico, factores genéticos, exposición a toxinas en el trabajo o medio ambiente
Hepatitis aguda y crónica: ¿en qué se diferencian?
La hepatitis puede presentarse de dos formas principales, según su duración y evolución:
Hepatitis aguda:
Es una inflamación que dura menos de seis meses. Puede deberse a una infección viral, el uso de ciertos medicamentos, intoxicaciones o consumo excesivo de alcohol. En muchos casos mejora sin tratamiento específico, aunque algunos pacientes pueden requerir atención médica.
Hepatitis crónica:
Se considera crónica cuando la inflamación hepática persiste más allá de seis meses. Este tipo puede causar un daño progresivo al hígado, aumentando el riesgo de enfermedades como cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer. Las hepatitis B y C son las más propensas a volverse crónicas. La detección temprana es fundamental para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones.
Vacunas contra la hepatitis: ¿quién debe vacunarse y cuándo?
Una de las formas más efectivas de prevenir la hepatitis es a través de la vacunación. Existen vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis A y B.
La vacuna contra la hepatitis A, está indicada para:
- Niños a partir del primer año de vida.
- Personas que viajan a zonas con brotes de hepatitis A.
- Personas con enfermedades hepáticas crónicas.
- Personas con conductas sexuales que aumentan el riesgo de exposición.
Mientras que, la vacuna contra la hepatitis B está recomendada para:
- Recién nacidos (incluida en el esquema de vacunación).
- Personal de salud y trabajadores expuestos a sangre.
- Personas que conviven con alguien infectado.
- Personas con enfermedades de transmisión sexual.
- Pacientes en tratamiento de hemodiálisis.
- Personas con antecedentes de uso de sustancias por vía inyectable.
Actualmente, no hay vacuna disponible para la hepatitis C, pero existen tratamientos muy efectivos que permiten curarla. En estos casos, la detección oportuna es clave.
Cuidar el hígado es cuidar tu salud
El hígado es un órgano vital que participa en funciones esenciales como la digestión, la desintoxicación del cuerpo y el procesamiento de nutrientes. Protegerlo significa proteger tu calidad de vida.
Si no estás seguro de estar vacunado contra la hepatitis, o si tienes dudas sobre tus riesgos, consulta con un profesional de salud. Un análisis sencillo puede darte tranquilidad o permitirte actuar a tiempo.
La información y la prevención son herramientas poderosas. Cuidarte hoy puede marcar la diferencia mañana.
Fuente: Dra. Ana Fierro, Médico Familiar del HVQ.